“El hombre nace libre y en todos lados
está encadenado” -Jacques Rousseau.
Vivimos en un tiempo en donde la individualidad y los derechos humanos, más que ser cartas aspiracionales, son derechos que tienen una real importancia social y jurídica. Como parece evidente, cada derecho comprende una problemática: el enfrentarse con los límites que se proponen para su protección y el reconocer los riesgos que trae consigo su defensa. Ello se materializa, por ejemplo, cuando el derecho al libre desarrollo de la personalidad se ve enfrentado con el derecho a portar y consumir sustancias psicoactivas. Siendo así, ¿ Cómo se supera la tensión que, por un lado, se le otorga un derecho al ser humano pero que, a su vez, este derecho está condicionado en su protección a marcos institucionales? ¿Cómo se evidencia esta tensión en la adjudicación de derechos?